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El Istmo de Tehuantepec es la zona más estrecha entre los dos océanos que posee México. Comprende los estados de Veracruz, Tabasco, Chiapas y Oaxaca. Este último es especialmente conocido por ser la cuna de las muxes.

Las muxes son en su mayoría personas que nacieron con sexo masculino pero adoptan normas y costumbres asociadas al género femenino. Están integradas al tejido social y económico de la sociedad zapoteca y son consideradas un tercer género. Se acredita que así es desde épocas precolombinas.   

“Muxe es ser esa persona con una identidad en la que no necesariamente adoptas un rol o estilo de vida masculino o femenino sino simplemente eres esa dualidad y te identificas como tal”, nos explicaba Amitaí Verdugo coronada reina de la vela de las ‘Auténticas Intrépidas Buscadoras del Peligro’ en 2019, celebración anual de la comunidad muxe de Juchitán.

El origen de las muxes, según cuenta uno de los mitos más populares, viene del patrón de Juchitán, San Vicente Ferrer. La leyenda narra que el santo llevaba consigo tres bolsas: una con semillas masculinas, otra con semillas femeninas y en una tercera se mezclaban los dos tipos. Esta última se rompió accidentalmente cuando él pasaba por Juchitán y por eso las muxes se concentran en la zona del Istmo.

El fotógrafo Nelson Morales, 38, nació en Unión Hidalgo, pequeño pueblo de la región. Según nos ha contado, en su pueblo es normal que las personas homosexuales expresen su identidad desde pequeños: “Las y los Muxes son generalmente bien aceptados en la sociedad desde tiempos ancestrales e incluso se les conoce como el tercer género en México. Durante muchos años han luchado por tener una voz propia además de ser visibles y tomados en cuenta”, relata Morales.

Sin embargo, esta no es la realidad del colectivo en todo el país y, como nos cuenta el fotógrafo, aún queda mucho por hacer: “En el lugar en que nací es un poco más fácil, sin embargo, no deja de existir la homofobia y la discriminación. Desafortunadamente es algo que existe en todo el mundo y debemos seguir trabajando para poder expresarnos libremente”.

Gracias al incesante activismo de las muxes y artistas LGTBIQA+ que se empeñan en visibilizar el colectivo, algunos hitos simbólicos han traído más visibilidad para las muxes, que inclusive protagonizaron la portada de Vogue México en diciembre de 2019 fotografiada por Tim Walker. La imagen ha dado la vuelta al mundo.

“La comunidad Muxe en particular, desde hace más de cuarenta años, ha levantado la voz para ser visible y tener una voz propia. Lo más importante ha sido ganarse el respeto de sus familiares ya que el o la Muxe es una parte importante en las familias, ya que somos muy trabajadores y apoyamos en el desarrollo de la misma. También actualmente algunas Muxes han conseguido ser candidatas a puestos políticos importantes y también dentro del activismo LGTBIQA+ a nivel nacional”, explica Morales sobre los derechos conquistados en los últimos años por las muxes.

Pese a nacer en un entorno liberal, Morales tuvo que superar el conservadurismo de su familia: “Tengo una familia muy tradicional y sobre todo mi madre no quería que yo fuera tan liberal en mis preferencias sexuales”. 

No fue hasta empezar a fotografiar a las muxes que él no se reconoció como tal: “Por medio de la fotografía, hace doce años, comencé a entablar una relación cercana con las Muxes y al mismo tiempo fui descubriendo mi propia sexualidad y aceptando mi identidad como Muxe”. Tras más de una década conviviendo y acompañándolas de cerca, nos cuenta que para él orgullo significa “aceptarme tal y como soy, con mi color de piel, mi origen indígena y como Muxe”.

“Vivimos en un país muy machista a pesar de lo que se ha logrado a través de los años, e incluso a veces pienso que como sociedad estamos retrocediendo. Sin embargo, debemos continuar la lucha desde nuestras trincheras”, finaliza optimista Nelson Morales.