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El escritor Reinaldo Arenas se presentaba así en el documental Seres Extravagantes (2004): “Soy una persona disidente en todos los sentidos, como aquí se dice, porque no soy religioso, soy homosexual y a la vez soy anticastrista, es decir creo que reúno todas las condiciones para que nunca se me publique un libro y para vivir al margen de toda sociedad en cualquier lugar del mundo.”

Una de las personalidades cubanas más conocidas internacionalmente, el poeta, que en un principio colaboró con la Revolución Cubana, pasó a ser conocido por su oposición al régimen de Fidel Castro, lo que junto a su homosexualidad provocaría una implacable persecución en su contra.

La revolución castrista llenó de esperanza a muchas personas que, como Arenas, creían que una sociedad comunista les aceptaría tal y cómo son. Sin embargo, hasta el día de hoy, aún no se ha dado ningún paso hacia el reconocimiento de los derechos de las personas LGTBIQA+ en la isla.

Este año fue anunciado que se discutiría el Código de las Familias, abriendo un precedente para la aprobación del Matrimonio Igualitario en el país. En 2019, durante el proceso de consulta de la Constitución promulgada ese mismo año, el artículo 68 del texto modificaba el concepto de matrimonio como “unión voluntaria entre un hombre y una mujer” a “unión entre dos personas”.

Jose, 28, nació y vive en Sancti Spíritus, municipio ubicado en la zona central de la isla. En su relato elle nos cuenta cómo es la realidad de una persona queer en Cuba, defiende la importancia de los referentes en la construcción de la identidad y aboga por la interseccionalidad en el activismo.

SIEMPRE SUPE QUE ERA DIFERENTE A LAS DEMÁS PERSONAS pero la sociedad tan estrictamente normalizada me empujó hacia atrás. Tanto en el ambiente escolar como el social, incluyendo los espacios LGTBIQA+, destacaba siempre por mi manera de expresarme y por el histrionismo que me caracteriza. 

Sentía que tenía algo que decir pero no sabía qué era y cómo expresarlo hasta que en mi adolescencia y adultez comenzaron a influir muchas circunstancias y personas, como la cantante punk Laura Jane Grace, Genesis P-Orridge y Anohni. También me influyeron experiencias espirituales, enseñanzas teosóficas y colectivos disidentes alrededor del mundo. Todo esto me hizo descubrir mi verdadero yo, un ser que no quería estar atade a roles convencionales y que cuestionaba el entorno que le rodeaba y el porqué de estar todo dividido en clases y categorías.

Es muy difícil ser una persona queer en Cuba. Veo muches como yo que no han encontrado su verdadera identidad de género debido a la presión social y la ignorancia propiciada por los medios al no existir promoción y vías de acceso para instruirse sobre algo tan importante que define nuestras vidas e incluso nuestra salud mental. Todo en Cuba se ha reducido a ser transexual, gay o lesbiana y las identidades queer son tomadas como burla y desequilibrio metal dentro de la comunidad LGTBIQA+.

En mi comunidad tenemos una de las poblaciones más envejecidas del país, personas con un pensamiento muy atrasado y reacio a los cambios que desafortunadamente se ha transmitido a una gran mayoría de la nueva generación. Todo ello ha ocasionado que en esta provincia (Sancti Spíritus) se mantenga una hegemonía sobre cómo deben lucir y comportarse las personas LGTBIQA+ y se produzcan actos de violencia física y psicológica.